8 figuras que han revolucionado la realidad LGBT mexicana
La comunidad LGBT mexicana ha logrado limpiar la imagen que la sociedad mexicana le impuso en los últimos años. Como miembros de la vida cotidiana en el país nos hemos ganado espacios que nos fueron negados. Justicia que nos había resultado ajena. Pero, sobre todo, la visibilidad que merecemos como componentes de la realidad que mueve el país.
La lucha es conjunta, sí. Pero es innegable que diversas figuras, gracias a su talento y su trabajo en diversos ramos, han logrado tener un alcance notable. Sus acciones en campos tan diversos como la ciencia, los medios, la política, las artes o hasta el deporte han permitido que la vida LGBT no sólo salga del clóset o se integre a la sociedad. También le ha dignificado considerando la imagen caricaturizada que como colectivo se nos impuso.
El trabajo de estas personalidades, algunas ya icónicas, es muy importante si queremos entender el rol de nuestra comunidad en la sociedad. Son conquistas relevantes, aunque ciertamente insuficientes. No sólo son ejemplos de lucha, sino también son profesionistas que sirven de modelo para cualquier ser humano. Pertenezca o no a la comunidad LGBT.
Ophelia Pastrana
Un ser humano sabio ha sido retratado tradicionalmente como un ser humano anciano y ajeno a la realidad, pero sumergido en conocimiento. Ophelia rompe claramente con este esquema. Una científica de carrera, era ya una referente en la comprensión global de las redes sociales como negocio y fenómenos social incluso años antes de transicionar.
El nacimiento de Ophelia liberó a un ser humano no sólo sabio, sino lleno de talento. La Explicatriz puede hablarte, con confianza y sencillez, de cualquier tema social en boga. Es un talento en el stand up. Crea música. Es un agente de cambio social. Es experta en gaming y tecnología. Es el receptáculo de muchas expresiones de odio, aunque a cambio da amor al conocimiento. Su existencia ha renovado lo que significa se transgénero, divulgar saber y compartir con otros.
Cassandro
Desde Gorgeous George y El Bello Greco, pasando por Máximo y la Pimpinela Escarlata, la lucha libre ha retratado la homosexualidad en el ring. Por desgracia en la mayoría de las ocasiones se trata de una caricatura realizada por atletas hetero, cuya comprensión distorsionada de la disidencia sexual no hace más que alimentar mitos y una imagen errónea. Cassandro terminó con eso a su manera.
Saúl Armendáriz no representa a un personaje gay. Él es parte de la comunidad. Sí, hay una pomposidad en su andar luchístico. Pero eso no le quita rudeza en su desempeño atlético, aprendido del patriarca Rey Misterio. Ha enfrentado en mil batallas a los mejores en México, Inglaterra y Estados Unidos. Un ícono que no sólo fundo la categoría luchística de “exótico”, sino que le dio valía hasta con documentales y lecciones a Conan O’Brien.
Montserrat Oliver
Era un secreto a voces que Montserrat Oliver era una de las nuestras. Una mujer hermosa, sí, pero muy discreta con su vida privada. Una relación con su compañera de trabajo más cercana era materia de chismes y revistas del corazón, pero no el eje de su trabajo. Modelo exitosa, conductora reconocida, persona mediática respetable.
Montserrat se ha manejado con distinción y elegancia en los medios mexicanos. Sus escándalos no ha sido otra cosa que lamentables invasiones a su intimidad. Puede ponerse a hablar de los temas del momento o retar en un cenote a celebridades para que encaren sus más brutales miedos. Es justo dignificar, en un ambiente tan salvaje como el del espectáculo, el papel de la comunidad LGBT. Somos profesionales, no una máquina de cotilleo.
Alberto Legorreta
El arte LGBT, al menos cuando lleva esa etiqueta, asusta a diversos sectores del público. Esperan contenidos cercanos a la pornografía y no a lo que realmente es: un retrato de la complicada situación social y emocional que representa pertenecer a este colectivo aún en la actualidad. Sin embargo hay personas que brindan espacios para romper con estos mitos.
Alberto Legorreta es un reconocido director teatral mexicano. Su labor, pese a esto, no se reduce a montar en escena obras relativas a las vivencias del colectivo LGBT. Es responsable de la realización para el Festival Internacional de Cine y Teatro Gay. Así, miles de personas tienen acceso a expresiones artísticas en las que problemáticas como la discriminación o la vida con VIH quedan retratadas. Un cambio importante en lo que el arte significa para nuestro grupo social.
Stephany Mayor
México sueña con triunfos en el futbol, pero es un país que devora de manera sistémica a sus talentos. Stephany Mayor y su pareja Bianca Sierra son ejemplo de ello. Stephany, desde categorías juveniles, mostró el talento que la llevaría a ser una de las más importantes atletas en la historia del balompié femenil mexicano. El machismo y la homofobia la obligaron a dejar ese lugar, al menos por un tiempo.
Leonardo Cuéllar, una figura eternizada en el banquillo de la selección femenil mexicana, insistió en ocultar la homosexualidad de Mayor y Sierra. Les prohibió de manera tajante mostrarse cariño públicamente. Como respuesta renunciaron al Tri, además de que se vieron obligadas a refugiarse en Islandia. Allí pudieron no sólo continuar su relación, sino una carrera exitosa en el deporte.
No fue sino hasta el retiro del Cuéllar del banquillo que ambas pudieron regresar para brindarle a la escuadra femenil de la UANL una época dominante en esta rama. Además, ser abiertamente lesbianas en un deporte tradicionalmente homófobo es un reto. No olvidemos que ser homosexual es el insulto más utilizado en las canchas, que decenas de atletas no salen del armario y que el más famoso en hacerlo, el inglés Justin Fashanu, terminó quitándose la vida.
Lucía Riojas
La capital mexicana es un refugio para la disidencia y la diversidad sexual. Cierto, no es precisamente la ciudad con la mayor apertura del mundo. Pero al menos es una ciudad donde la posibilidad de ser agredido por tu preferencia o identidad sexual es mucho menor que en el resto del país. Incluso de América Latina.
Aún así la ciudad no cuenta con políticos particularmente destacados que se muestren como parte de este colectivo. O que impulsen de manera importante legislación que respalde los logros sociales ya alcanzados. Lucía Riojas es, pese a todo, alguien que cumple con estos dos aspectos. No sólo es una voz joven e independiente respecto a los grandes partidos políticos. También es una que hace escuchar inquietudes respecto a un colectivo que los grupos partidistas en pugna a veces temen representar.
Alma López
Ser mujer te hace parte de un grupo vulnerable. Ser homosexual, también. Al igual que ser chicana o latina en Estados Unidos. Alma López es una de las voces más importantes en lo que se refiere la representación de tres colectivos en desventaja ante una sociedad que presume de apertura, pero que mantiene una discriminación sistémica ancestral.
Alma es una artista visual que presume de ser controversial. Pero no llega a esta cualidad a través de un escándalo vacío. Lo logra mediante una conexión entre la cultura latina, la sexualidad e incluso la expresión tradicional a través de su obra. Ya sea en murales que honran la lucha LGBT chicana en California o collages en los que la Virgen de Guadalupe es retratada como una morena mexicana de nuestros días. Con todo lo polémico que es ser morena, mujer y mexicana por sí mismo.
Lady Tacos de Canasta
No bromeamos. Sabemos que, para muchos, esta indígena muxe es un meme. Parte del imaginario de internet donde un varón de nacimiento con ropa tradicional de mujer, vendiendo tacos en el centro de la capital mexicana, suena a chiste. Pero la historia detrás de esta imagen es notable y noble.
No sólo puso en la mirada cotidiana el género muxe, esa sexualidad ambigua de varios pueblos originarios. También colocó la resistencia ante la economía contemporánea. Incluso la imagen de ella siendo vulnerada como comerciante y como mujer por la policía se han vuelto objeto de denuncia. No hay meme que tenga estos logros, no hay mucha más iconografía que haya rotado en internet para reconstruir el imaginario colectivo. Y ese es justo su mérito.